Cada 28 de noviembre los quiteños, las quiteñas, migrantes, turistas nacionales e internacionales, esperan con el inicio de las “Fiestas de Quito”; para subirse a una “Chiva”, “farrear”, ir a la Feria Taurina de Quito “Jesús del Gran Poder”, ver una obra de Teatro, asistir a un foro, acudir a un concierto o festival de música, mirar los fuegos artificiales, asistir al pregón, mirar la carrera de coches de madera, presenciar una “Serenata Quiteña”, escuchar las bandas de pueblo, el desfile de la Confraternidad, la elección de la “Reina de Quito”, etc.; todas éstas actividades se realizan con la finalidad de conmemorar la fundación española de Quito.
Sin embargo, la celebración anual de las “Fiestas de Quito” es un hecho relativamente nuevo; es así que en el año 1959, un grupo de amigos con Don César Larrea, jefe de información del vespertino La Hora a la cabeza, organizan la primera “Serenata Quiteña” con la finalidad de celebrar el “albazo quiteño”. En 1960 se realizan las primeras corridas de toros en la recién inaugurada plaza, ubicada en el sector de Iñaquito. En 1964, el Municipio por primera vez, a través de su departamento de cultura, organiza el desfile de confraternidad que recorrería las principales calles de la ciudad.
Para poder entender a las fiestas, es importante analizar lo que conmemoran: La fundación española de Quito se realiza por parte de Sebastián de Benalcázar, quién después de encontrar que la Quito indígena estaba prácticamente en escombros, como consecuencia de la orden que dio el astuto Rumiñahui para que se escondan los tesoros y se incendie la ciudad; constituye el seis de diciembre de 1534 la Villa de San Francisco de Quito, con los primeros vecinos que sumaron 205, incluyendo a las autoridades, el mismo Benalcázar y dos esclavos negros. Juan de Ampudia y Diego de Tapia fueron los primeros alcaldes; Pedro de Puelles, Pedro de Añasco, Rodrigo Núñez, Juan de Padilla, Alonso Hernández, Diego Martín de Utreras, Juan de Espinosa y Melchor de Valdés, cumplieron las funciones de regidores.
Ésta ciudad fue un punto estratégico militar para la dominación y colonización española, que en varias ocasiones fue sangrienta y cruel; por éste motivo: ¿Es correcto celebrar el inicio de la hegemonía española? Por supuesto que no, a mi parecer lo más apropiado promover mayor cantidad de debates y actividades culturales que permitan entender el origen y en consecuencia la finalidad mercantilista y narcotizante (por ejemplo el uso excesivo de alcohol, dirigido en especial a los jóvenes; con la idea que beber es inherente a la amistad) de las Fiestas de Quito, que lejos de promover la identidad quiteña y ecuatoriana, son una fuente multimillonaria de ingresos para la industria cultural de masas.
Como quiteño, guardo un sentimiento profundo de gratitud hacia mi ciudad; y la forma de demostrar mi gratitud es siendo crítico y dando una pequeña opinión que permita a Quito ser más hermosa de lo que actualmente es.
Esteban Sacoto Macías
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