sábado, 14 de noviembre de 2009

Entre la TV y el "Gran Hermano"


En la naturaleza existen varias formas de comunicación, de estas el lenguaje verbal es una de las más complejas, por ello es importante entender dicho concepto; en el diccionario filosófico de Rosental-Iudin se explica que el mismo es un “sistema de señales de cualquier naturaleza física que cumple una función cognoscitiva y una función comunicativa (de relación) en el proceso de la actividad humana” ; entendiéndose que el ser humano se define mediante las distintas relaciones con sus semejantes y con el medio que lo rodea, el lenguaje y la conciencia son inherentes y reflejan una realidad aparente. Por esta razón, no podemos conocer la existencia de un objeto sin haberlo aprehendido con anterioridad, y peor aun dar un juicio acerca del mismo.
Tomando en cuenta dicha afirmación, se comprende que el lenguaje describe y da a conocer, por tanto ¿Qué pasaría si nuestro lenguaje se volviera simple?; la consecuencia sería el advenimiento de un pensamiento pobre, que restringiría en gran medida nuestra facultad crítica; sabiendo esto, es muy probable que un poder fáctico imponga su control político total, imponiendo un lenguaje estricto, que imposibilitaría un pensamiento divergente.
En la actualidad, los medios de comunicación masivos (como la TV, revistas, radio, etc.) han generado una clase de lenguaje cuya base fundamental es el sincretismo cultural, la homogeneización de los mensajes (característico de la sociedad industrial), limitando la capacidad lingüística y por lo tanto pensativa de muchos seres humanos, pero la lucha entre el conformismo acrítico y la creación reflexiva continua.

George Orwell, en su novela “1984”, trata la problemática de la visión distópica, es decir una sociedad alienada y sin libertad de elección, controlada por EL GRAN HERMANO; la trama se desarrolla en Oceanía un gran imperio gobernado por el INGSOC (socialismo inglés), que pretende ejercer un poder hegemónico sobre su sociedad mediante la invención de una nueva lengua, conocida con el nombre de “La neolengua”, procurándose que esta sea totalmente asimilada para el año 2050. “Esta lengua no solo provee un medio puro de expresión a los seguidores de la INGSOC, sino que imposibilita discrepancias al pensamiento oficialista” desvistiendo a las palabras de su significado heterodoxo, proveyéndolas de cualquier significado secundario; inventando palabras que abarquen varios conceptos, suprimiendo palabras definitivamente heréticas, formando conceptos compuestos que puedan ser pronunciados rápidamente (Minipax o Ministerio de Paz), etc. Todo esto con la finalidad de simplificar el idioma y en consecuencia la capacidad crítica de la sociedad oceánica, que no podrá percibir la dimensión del control de la INGSOC.

En el libro “Homo Videns”, escrito por Giovanni Sartori se plantea el problema de la simplificación del lenguaje por el uso de imágenes instantáneas en la televisión (se mueven vertiginosamente, impidiendo el discernimiento por parte del televidente), cuya consecuencia es: que “el conocimiento mediante imágenes no es un saber en el sentido cognoscitivo del término y que, más que difundir el saber, erosiona los contenidos del mismo” ; según este autor el lenguaje esencial que caracteriza al hombre (y mujeres) es ‘lenguaje-palabra’ que comprende todas las formas de vida cultural, entonces el uso de imágenes origina al ‘homo-videns’ que es una degradación del homo-sapiens. Sin embargo, históricamente ha existido una aversión a toda forma de revolución de las ideas, por tanto es y ha sido inexistente una edad de oro cultural; “la mass-cuture (cultura de masas) en su movimiento aporta más posibilidades que la antigua cultura estética, pero en su búsqueda por la calidad media, destruye estas posibilidades” , es decir, que la nueva forma de emplear el lenguaje por parte de la televisión (y otros medios de comunicación masivos: revistas, periódicos ,etc.) no necesariamente es perjudicial, ya que siendo cierta la promoción del ‘hombre-medio’ (el hombre promedio, homogeneizado, conformista), no se puede destruir totalmente la característica creativa, inventiva inherente a las personas y al lenguaje.

Es de suma importancia que en esta época, de desidia, desesperanza (pero también esperanza) infundir el uso del libro en la sociedad, del sentido de lucha que éste impregna en el espíritu humano; queriendo decir con esto, que la invención de nuevas medios de comunicación como la televisión, la internet, la radio, etc., no son totalmente perjudiciales en sí, lo son cuando pierden la naturaleza meditabunda que el libro origina, por este motivo las innovaciones en el lenguaje deben contribuir a la capacidad de creación, y no a menguarla.

Esteban Sacoto Macías

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