La comisión respectiva se encuentra analizando en la Asamblea Nacional los tres proyectos presentados sobre la Ley de Comunicación, y que la Legislatura en pleno, deberá absorberla hasta mediados de octubre. Dichos proyectos pertenecen a la señora Lourdes Tibán, asambleísta por las Nacionalidades Indígenas, otra de Rolando Panchana y la última de la autoría de César Montúfar, distinguido asambleísta opuesto al régimen; sin duda alguna, el mejor proyecto por su sentido democrático, con valiosos principios que defienden y estimulan la libre expresión en todas sus manifestaciones. De las tres indicadas personas, escuché su exposición y razonamiento sobre dicho proyecto en más de una ocasión, y lo que nos ha traído la prensa libre al respecto, me permite este breve comentario.
La prensa ha sido, es y debe ser el canal más idóneo e irreemplazable de comunicación, dentro de una colectividad civilizada y en ejercicio pleno de sus derechos para expresarse libremente al amparo de ley; bien sea por la palabra oral o escrita, acudiendo a los diferentes medios que hoy disponemos; como el periódico, la radio y la televisión, sobre todo esta última, con una tecnología en constante superación que ha permitido al hombre actual tener el mundo a su alcance, en cuanto a una permanente información se refiere. Retomando el tema de este comentario, el proyecto Panchana, que sin duda es del oficialismo y por el cual se inclina la mayoría gobiernista de Alianza País, sería nuevamente el triunfador en esta desigual contienda dentro de la Asamblea; lo mismo que otros, ya fueron definidos por una obsecuente y adulona mayoría a las órdenes del Presidente de la República, el mejor titiritero del Palacio.
Se dice que le señor Panchana alguna vez fue periodista, por lo que parece lo olvidó muy pronto y hoy, funge como ‘autor’ de un proyecto de Ley de Comunicación, justo a la medida del actual Mandatario y su gobierno. Un proyecto de ley antidemocrático, de corte totalitario y fascistoide, con el que quiere amordazar a la prensa libre del país; algo repugnante e intolerable para los ecuatorianos que no podemos permitir ataduras de ninguna especie; porque si hay algo sagrado y único para el hombre pensante, es su libertad, por la que debemos vivir y morir.
Mucho se habla en este gobierno de la Revolución del Siglo XXI, de la Revolución Ciudadana y otras linduras más; muletillas irritantes y cansonas que nos hacen escuchar todos los días y en diferentes espacios radiales o televisivos; que sirven mucho, naturalmente a los beneficiarios del poder, como el caso presente; igual que las interminables ‘cadenas’, entonces sí VALE la prensa, y deja de ser corrupta, mediocre o mafiosa; mientras quienes vivimos en esta Patria -que ya es de todos-, debemos soportar la dispendiosa propaganda gubernamental y para colmo, escuchar como se usa y abusa de los preclaros nombres de Bolívar y Alfaro. Ellos sí, realizaron una enorme cruzada por la libertad y el reconocimiento de los Derechos Fundamentales del Hombre, consagrados ya, a partir de la Revolución Francesa de fines del siglo XVIII. Ellos sí, dieron sus vidas para terminar con el coloniaje y la esclavitud, con los dogmatismos nefastos y con los tiranuelos encaramados en el poder de las nacientes repúblicas; y hoy en los tiempos actuales, hay algunos que pretenden imitarlos, ungidos de vanidad y astucia. El actual Presidente en sus excesos de soberbia y prepotencia, piensa que tiene el derecho de gobernar hasta el pensamiento de los ecuatorianos, nada más grave como esto, si los ciudadanos libres de este país lo toleramos.
C. Márquez
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